La "mrwonderfulización" de la explotación
¡HACES POSIBLE LO IMPOSIBLE!
Las apariencias engañan. Este parece ser uno de los mantras más antiguos y duraderos del pensamiento humano. Lo encontramos en los presocráticos: para Heráclito, la naturaleza disfruta ocultándose, mientras que para Parménides, la aparente mutabilidad de las cosas oculta la verdadera unidad y perdurabilidad del ser. Platón también nos habla de esto en su famosa alegoría de la caverna, con las sombras proyectadas que engañan a los prisioneros, reformulada hasta la saciedad en obras modernas como Matrix.
En la literatura y la ficción, esta idea también aparece constantemente. En la Odisea, los cantos de sirena son una trampa mortal y los habitantes de la isla de los lotófagos, felices en apariencia, se sumen en un letargo tras consumir la flor del loto. Este letargo no está tan lejos del soma de Un mundo feliz de Huxley o de los distintos paraísos distópicos que pueblan las páginas de Orwell, Atwood o Le Guin. Todos estos relatos reflejan la misma verdad: lo que parece placentero y tranquilo esconde una terrible realidad.
El lenguaje cotidiano también refleja esta sabiduría en frases como “no es oro todo lo que reluce”, “el hábito no hace al monje”, o “del dicho al hecho hay un trecho”. La pintura nos da ejemplos igual de claros, como El jardín de las delicias de El Bosco, donde, tras el colorido paraíso inicial, una mirada más atenta revela un mundo de pecado y sufrimiento. También en este periódico se ha utilizado a menudo este recurso, pensemos en la emblemática señal de hostal en la que se lee “hostile”.
¡CERRADO POR VACACIONES, EL DEPARTAMENTO DE MARRONES!
Vayamos a un ejemplo más actual y concreto, Mr. Wonderful. Tras sus mensajes positivos y naíf —“la taza siempre medio llena”, “ser tú es la mejor actitud”— se esconde una realidad laboral que dista mucho de ese optimismo. En uno de los muchos curros que me han llevado a surfear la precariedad, conocí a una compañera que había trabajado en Mr. Wonderful. Fue ella quien me habló de lo cruel y despiadado que son las condiciones allí. Para respaldar sus palabras, me mostró varias páginas web donde los empleados valoran a las empresas de las que han formado parte. Las reseñas sobre Mr. Wonderful parecían sacadas de un cuento de terror.
Una de las historias más impactantes era la de una trabajadora que sufrió un aborto espontáneo debido al exceso de trabajo físico y fue despedida al pedir la baja médica. No es un caso aislado: las reseñas están llenas de relatos que evidencian que, detrás de esos mensajes positivos, hay una explotación brutal.
¡ALEGRÍA DESDE PRIMERA HORA DEL DÍA!
Este tipo de ideología optimista, tan típica del capitalismo tardío, ha sido analizada por filósofos como Slavoj Žižek. Según él, la autoayuda y los mensajes de "piensa positivo" refuerzan una falsa solución individualista: si tienes problemas, es culpa tuya, no del sistema. Esta lógica desactiva cualquier necesidad de cambio colectivo o estructural, y además añade una carga emocional extra, la llamada al goce: no basta con cumplir con tu trabajo, también tienes que disfrutar. Es una trampa que sugiere que si no eres feliz, es porque no lo intentas lo suficiente, ignorando los factores externos que influyen en nuestra vida.
¡SIGUE ADELANTE, TU FUTURO ES BRILLANTE!
Detrás de esta capa ideológica está la realidad de Mr. Wonderful, una empresa fundada por una pareja de diseñadores barceloneses que llegó a facturar 30 millones de euros en su mejor año, 2016. Sin embargo, desde la pandemia, la empresa ha caído en picado, y se ha visto obligada a hacer un ERE del 25% de su plantilla, mientras seguía publicando ofertas de empleo en InfoJobs. La rentabilidad actual no supera los 500.000 euros, y ha tenido que negociar con los bancos la demora del pago de sus deudas hasta 2028 para evitar la quiebra. Todo esto sustentado en una estrategia comercial agresiva, con la que se presiona tanto a trabajadores como a clientes, con un ambiente laboral marcado por horas extras y abusos de poder, como revelan los testimonios de sus propios empleados.
¡ESTÁS QUE TE SALES!
En definitiva, como ocurre con el fetichismo de las mercancías que Marx expone en El Capital, detrás de las cosas se esconden relaciones humanas de explotación. Una vez más, las apariencias engañan, aunque en el caso de Mr. Wonderful este engaño se produce de manera más cínica de lo habitual. Aquí, la ideología inocente y "buenrollista" que ayuda a ocultar las relaciones de explotación está inscrita y explicitada en la misma mercancía, en las propias tazas. Es decir, las tazas de Mr. Wonderful conservan tanto su valor de uso (son útiles para beber) como su valor de cambio (se pueden vender), pero además transmiten una ideología optimista que, en realidad, encubre las pésimas condiciones laborales de los propios trabajadores. Al imaginar a los empleados de Mr. Wonderful haciendo horas extras no remuneradas, rodeados de frases motivacionales como “dicen las constelaciones, que merezco vacaciones”, estas se nos presentan como una suerte de mofa perversa y cruel. El trabajo os hará libres.
¡GRACIAS POR SER TAN GUAY!
Este artículo es parte de The Posttraumatic VOL.8 "BREAKING NEWS".
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